La Unión Europea busca minerales esenciales dentro de su territorio para asegurarse la autonomía energética reduciendo la dependencia de combustibles fósiles y países productores como Rusia. Las materias primas críticas se usan en la fabricación de baterías eléctricas y microchips, producidos en países terceros que los venden a China. Revertir esta tendencia, puede provocar en una explosión minera en España, rica en muchos de ellos, pero requiere adaptar las leyes medioambientales y reducir los trámites necesarios para abrir y explotar una mina en más de una década.
Bismuto, boro, cobalto y cobre son algunos de los materiales que la Comisión Europea quiere conseguir. La UE ha establecido como objetivo para 2023 que los Estados miembros extraigan entre el 10 y el 15% de su consumo anual y procesen en Europa al menos el 40% de su consumo, reciclando un 15% para reducir las importaciones al 65%.
En España, se espera una explosión de la actividad minera en los próximos años para buscar y explotar yacimientos de estas materias, ya que es el segundo productor europeo de níquel, el tercero de tungsteno y el cuatro productor de cobre y zinc, así como uno de los principales productores de estroncio, Igualmente cuenta bismuto, barita, wolframio, y en menor medida, flúor cobalto y litio y existen numerosos proyectos para extraer tierras raras.
Según datos el Ministerio de Transición Ecológica español, el sector minero tiene alrededor de 2.700 explotaciones activas que emplean a cerca de 29.000 personas, y se estima que en total generan 90.000 empleos directos e indirectos, y una facturación anual de 3.500 millones de euros. Además, el sector involucra a unas 3.750 empresas, 4.650 explotaciones mineras y fábricas, y alrededor de 320.000 trabajadores, poniendo en valor aproximadamente 210 millones de toneladas al año.
El gobierno español está de acuerdo con el plan de la UE y, por ello, el año pasado aprobó su propia hoja de ruta para la gestión sostenible de materias primas para convertirlo en un plan nacional.
Aunque ambos proyectos son similares, habrá que discutir el reparto de competencias en la Junta Europea de Materias Primas Críticas ya que la Comisión Europea pretende que los gobiernos reduzcan los procedimientos de audiencia pública para aligerar los procesos de autorización.
Sin embargo, el Gobierno español no está de acuerdo y considera que no eximirá a las actividades de extracción de minerales del procedimiento de evaluación ambiental pertinente.
Aun así, simplificará el marco de restauración medioambiental porque los requisitos de protección del medio ambiente, seguridad, protección de las personas, derechos humanos y transparencia en la actividad minera en España son especialmente estrictos.
Actualmente el proceso de autorización para una explotación minera en Europa es muy largo, 15 año de media, debido a los retrasos en la tramitación medioambiental. Se espera que el plan europeo contribuya a agilizar el proceso y permita una mayor eficiencia en la exploración y extracción de minerales.