Hablar de minería metálica en España es referirse a los yacimientos el sur con 3.200 millones de facturación anual y 40.000 empleos
El resurgimiento de la minería andaluza, sin duda una de las industrias más punteras y sólidas del momento, se antoja una auténtica bendición para esta tierra, sintetizable en los 3.200 millones de euros de facturación media anual y, sobre todo, en los 40.000 empleos que garantiza en comarcas especialmente castigadas por el drama social del paro.
Después de décadas de depresión profunda que desembocaron en el cierre de explotaciones milenarias y las prejubilaciones masivas de principios de siglo, vivimos un renacimiento histórico de la actividad en el que hablar de minería metálica en España es referirse básicamente a los yacimientos andaluces, concretamente, a esa franja que une y singulariza las provincias de Huelva y Sevilla.
Pero quizá lo más llamativo sea el inusitado interés que despiertan a nivel mundial los permisos y licencias para sacar rendimiento de un subsuelo explotado por las sucesivas civilizaciones.
Ventaja competitiva
El verdadero secreto que está convirtiendo a las minas andaluzas en la piedra preciosa de la industria regional (3.200 millones de euros de facturación anual y 10.000 puestos de trabajo directos más 30.000 entre indirectos e inducidos, abriéndose hueco en un mercado internacional muy exigente comandado por las superpotencias mundiales) es una ventaja competitiva que le otorga su bagaje histórico.
Las actuales explotaciones en Andalucía son muy importantes a nivel español e incluso europeo, pero relativamente pequeñas a escala mundial. Tienen, eso sí, un tamaño ideal para reaccionar rápidamente a cada movimiento de mercado, contribuyendo a que las cotizaciones se mantengan elevadas dentro de un contexto en el que los inventarios de stock físicos apenas alcanzan a satisfacer la demanda internacional a tres semanas vista. Podría decirse que la minería andaluza no compite ni con las minas de Chile ni con las de Perú ni con nadie: todos los yacimientos de cobre son necesarios y tanto Huelva como Sevilla están llamadas a jugar un papel esencial en ese nicho.
Sistemas de transporte y excavación
Para impulsar la evolución minera andaluza, es firme la apuesta autonómica tanto por la electrificación de los sistemas de transporte y excavación (reemplazando los motores de combustión) como por la generación de energía de fuentes renovables, con el objetivo último de lograr el autoconsumo eléctrico en los procesos productivos. Y tampoco se pueden perder de vista algunos productos realmente preciados que también esconde el subsuelo andaluz.
Andalucía tiene un excepcional presente minero, pero el futuro puede ser esplendoroso. Hay mucho dinero disponible en el mundo que apuesta por sus minerales en alza; y quienes manejan esos capitales buscan eficacia, simplificación y seguridad jurídica. La coordinación del órgano sustantivo con las otras administraciones colaboradoras, tanto medioambientales como locales, es la clave. Si se perfecciona ese engranaje, los nuevos proyectos mineros y la atracción de grandes inversiones serán una realidad.